Redacción Grupo T21

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En los 10 meses de este año los cruces ferroviarios fronterizos entre Eagle Pass-Piedras Negras y El Paso-Ciudad Juárez transportaron en ambos sentidos un valor de carga promedio diario cercano a 100 millones de dólares (mdd), de acuerdo con datos del Bureau of Transportation Statistics (BTS), lo que reflejaría la afectación que actualmente se está produciendo por el cierre de estos cruces, una medida tomada desde el 18 de diciembre por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP).

La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) indicó en un comunicado de prensa que en el periodo enero-octubre de 2023, con los mismos datos del BTS, el 11,5% del valor de la carga que pasa por la frontera binacional se transporta por tren, mientras que el 28,2% del valor de la carga que se transportó por tren fue por Eagle Pass y el 8% por El Paso, ambas ciudades tejanas.

“Dichas medidas discrecionales representan un fuerte golpe económico para México y socavan la confianza entre ambos países. Por ejemplo, en el ámbito agropecuario, nuestro país depende de ciertas importaciones de insumos para la alimentación humana y ganadera. Cerca del 25% del maíz amarillo y casi el 63% de la pasta de soja consumidos en México son importados a través de esos dos cruces. Un indicador del impacto negativo lo proporciona Union Pacific, empresa ferroviaria, que advierte que el 45% de los carros ferroviarios con destino a México atraviesan esos pasos fronterizos. Por lo tanto, el reciente cierre de puentes internacionales representa una amenaza significativa de congestión para el tráfico de trenes y más de 10 mil carros de ferrocarril”, advirtió la Coparmex.

Por esto mismo, hizo un llamado a las autoridades mexicanas y de los Estados Unidos para abordar la crisis migratoria -origen de la decisión de CBP de redirigir al personal para apoyar a la Patrulla Fronteriza en la detención de migrantes que intentan cruzar hacia la Unión Americana-, sin afectar los flujos de mercancías.

El organismo resaltó que estos acontecimientos se suman a los cierres en San Diego, San Ysidro, Lukeville, y a los ocurridos hace unas semanas en el puente internacional Córdova-Américas, así como a las excesivas revisiones al autotransporte de carga de importación impuestas por el gobierno de Texas, dirigido por Greg Abbott, en materia de seguridad, las cuales impactaron el ingreso de mercancías que quedaron varadas y cuyo valor se calcula que es superior a los dos mil millones de dólares.

“En Coparmex consideramos que estas medidas causan un daño multimillonario a las economías de ambos países y representan el fracaso de la política migratoria, la cual debería centrarse en evitar que las personas se vean obligadas a abandonar sus lugares de origen, en lugar de simplemente frenar su tránsito”, sentenció.

En tanto, las organizaciones de productores y empresas pertenecientes al Consejo Nacional Agropecuario (CNA) manifestaron su preocupación por estas acciones, ya que podrían afectar el flujo de mercancías y suministro de insumos esenciales para la alimentación del sector pecuario y uso industrial.

El CNA explicó en un comunicado que a través de estos dos cruces se realiza la importación al país de más del 25% del maíz y más del 60% de la pasta de soya, que son insumos básicos para la alimentación animal y para la industrialización diversa, entre otros componentes.

“Es importante preservar la competitividad del sector agroalimentario nacional, ya que insumos como el maíz y la pasta de soya, entre otros, se importan de Estados Unidos, y contribuyen a la competitividad del sistema agroalimentario del país, y afectará en lo inmediato gran parte de la canasta básica de alimentación”, señala el comunicado.

Además, agregó que esto podría comprometer de forma significativa la seguridad alimentaria nacional, ya que se estima que en México existe un inventario de pasta de soya de tres a ocho días y de maíz de ocho a 20 días, por lo que esta problemática debe ser atendida prioritariamente y solicitó el apoyo de las autoridades mexicanas y estadounidenses.

La Asociación de Ferrocarriles Estadounidenses (AAR) indicó en la víspera que la decisión de CBP afecta de manera directa e inmediata las operaciones de dos ferrocarriles Clase I (Union Pacific y BNSF) y los clientes a los que sirven esas compañías. Combinados, estos dos transportistas operan 24 trenes diarios en estos cruces, transportando productos agrícolas, repuestos para automóviles, vehículos terminados, productos químicos, bienes de consumo y más a clientes en todo el continente.

“Los ferrocarriles han trabajado estrechamente con nuestros socios tanto en el gobierno de Estados Unidos como en el de México para crear un proceso de evaluación efectivo y eficiente. A medida que CBP continúa abordando la crisis humanitaria excepcionalmente desafiante, los ferrocarriles instan a CBP a salvaguardar también la cadena de suministro del país contra mayores interrupciones”, de acuerdo con Ian Jefferies, presidente y director ejecutivo del organismo.