El presidente del Comité de Uva de Mesa de la Asociación de Exportadores de Chile (Asoex), Fernando Sat, aseguró que Europa demanda un esfuerzo mayor que no se ve reflejado en los precios que son recibidos por la fruta que se envía a dicho continente. Las exportaciones, además, hacia esa zona han mermado -dijo- en un 8%.
“Europa ha andado mal básicamente porque los precios no ayudan, ha bajado mucho el tipo de cambio y la esperanza de precios que hay allá es bastante más baja que en mercados como el de EE. UU”, afirmó Sat al medio Fresh Plaza.
Agregó que “hoy en día hacia Europa se ha enviado un 8% menos que en la temporada anterior, pero hay que recordar que en 2014 tuvimos un 16% de merma por las heladas”. Esto significaría que en proporción se está enviando un 23% menos de uva chilena al mercado europeo.
Por parte de Rusia, un gran comprador de uva de mesa chilena, los envíos han sufrido una caída aún más importante.
“En un año normal, a esta fecha ya habríamos enviado barcos hacia el mercado ruso, pero la realidad es que hasta el momento no hemos enviado ninguno y, recién ahora, se está preparando el primero de la temporada”, explicó el representante.
La difícil situación en los mercados previamente mencionados ha hecho que grandes volúmenes de fruta se desvíen hacia Estados Unidos. ¿Cómo ha afectado al mercado esta mayor oferta?
“Las cotizaciones en el mercado estadounidense se han mantenido estables, a pesar del alto volumen el precio es mayor del que se puede obtener en Europa, donde se están demandando embalajes especiales y menor contenido de agroquímicos, y este costo extra para el productor no lo están pagando”, comentó.
“Hay gente que quiere consumir productos libres de pesticidas, y eso es completamente comprensible, pero esto se ha desvirtuado. Existen cadenas de supermercado que piden una cierta cantidad máxima de ingredientes activos de forma arbitraria. Sería mucho más claro si directamente pidiesen productos libres de pesticidas, ya que esto lleva a confusión”, afirmó.
Fernando señala que en Alemania se exige el uso de un determinado número máximo de ingredientes activos, lo que produce resistencia en algunas plagas y enfermedades.
“Estas normas los productores las ven como pacto por parte de las cadenas de supermercados, ya que muchas veces éstas son dueñas o tienen acciones en las agencias encargadas de realizar las certificaciones, las cuales no son para nada baratas. Se exigen tantas certificaciones diferentes hoy en día que el productor no ve tan atractivo exportar al mercado europeo”, concluyó el profesional.