El volumen de carga operada por Terminales Río de la Plata (TRP) disminuyó considerablemente a partir de la fusión entre Maersk y Hamburg Süd debido a la derivación de los buques hacia el Terminal 4, del cual el grupo naviero es accionista.
“La actividad cayó un 33% y podría caer un 27% más, a partir de la concentración naviera”, comentó a El Cronista Gustavo Figuerola, CEO de la compañía. “Esta es una tendencia global, por la que el mercado marítimo se está concentrando. Quedan cada vez menos jugadores y más grandes, que además se integran verticalmente, porque los dueños de los barcos son también los dueños de los puertos”, expresó.
Recientemente, las navieras Hapag Lloyd y Aliança, que integran acuerdos de bodega compartida con Maersk- Hamburg Süd, anunciaron que dejarán de operar con TRP y pasarán a hacerlo en el Terminal 4. Este tipo de prácticas, en que las navieras comparten una ruta y repartiendo la carga en las bodegas, lleva a que la naviera principal decida con qué puerto operar, y si es propio -como es el Terminal 4-, mejor aún.
Consultado sobre la posibilidad de pedir un “procedimiento preventivo de crisis” (PPC) ante el ministerio de Trabajo, Figuerola respondió que “lo estamos evaluando. Es algo que tenemos que conversar con los gremios portuarios y las autoridades correspondientes”.
Este procedimiento implicaría que 200 trabajadores de la compañía quedarían “a disposición”. Ante este panorama, la Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval se declaró la semana pasada en “estado de alerta, movilización y asamblea permanente”, a través de un comunicado firmado por el secretario administrativo de la entidad, Roberto Coria.