La inundación de las nuevas esclusas de la ampliación del Canal de Panamá comenzó hoy en la parte del Atlántico y se extenderá por cuatro días aproximadamente, informó la corporación constructora.
José Peláez, director de proyecto por el contratista Grupo Unidos por el Canal (GUPC), informó recientemente que en esta primera etapa se utilizarán unos cinco millones de metros cúbicos de agua para las dos primeras cámaras (baja y media), nivel que permitirá comenzar las pruebas de las compuertas, consigna la Agencia Prensa Latina.
El llenado total de cada una de las esclusas con tres cámaras en igual cantidad de niveles, podría tomar de tres a cuatro meses, según GUPC, que además deberá repetir la operación en las del Pacífico; y en total se requieren 20 millones de metros cúbicos de agua tomadas del Lago Gatún.
Antes de iniciar la inundación, deberán concluir todos los trabajos civiles que llevan concreto y los elementos mecánicos que estarán sumergidos bajo el agua. Las pruebas de funcionamiento se prolongarán hasta principios de 2016, señaló Sergi Ametller, el encargado de la electromecánica.
Las nuevas esclusas, aunque más amplias y con compuertas rodantes, trabajarán bajo el mismo principio de las centenarias, que constituyen una especie de escalera desde cada océano hasta el artificial Lago Gatún, que se encuentra a 26 metros sobre el nivel del mar.
Los trabajos para la ampliación del Canal se iniciaron el 3 de septiembre de 2007 y abrirá en abril de 2016 el cruce de buques conocidos como Post Panamax, cuyas dimensiones les permiten transportar hasta 13 mil TEUs, 2,6 veces más que las actuales embarcaciones que transitan la vía, lo que surtirá efecto sobre las cadenas globales de comercio.
Enormes montañas de mercancías se acumulan actualmente en ambos lados de la vía interoceánica, porque la limitada escala de los portacontendores que la atraviesan obliga a un proceso de desconcentración para su traslado por tierra y barcos menores, lo que incrementa el tiempo de origen a destino final.
El GUPC lo encabeza la multinacional española Sacyr, que según versiones de prensa cuenta con el 41,6 por ciento de las acciones; la italiana Salini-Impreglio, la belga Jan De Nul y la panameña Constructora Urbana, S.A.
“Para Sacyr es un gran reto constructivo el haber realizado el diseño y estar ejecutando con éxito la obra de ingeniería civil más importante del mundo que ha precisado de una capacidad técnica y tecnológica altísima”, dijo la compañía recientemente en una nota de prensa.