Repsol acoge OMI 2020 con capacidad para producir 100.000 toneladas al mes de fuel bajo en azufre

Por Redacción El Vigía.com

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Repsol llega con los deberes hechos a los nuevos requisitos establecidos por la OMI 2020. La energética española ha estado trabajando desde 2018 en la producción y comercialización del fuel bajo en azufre (VLSFO), la principal alternativa para cumplir con las exigencias de esta medida, y dos años después está en disposición de producir entre 60.000 y 100.000 toneladas al mes en nuestras refinerías de España y Perú.

Son los datos proporcionados por la compañía, que asegura que ya ha vendido cerca de 150.000 toneladas de VLSFO en España, donde realiza suministros de bunker en los puertos de Algeciras, Barcelona y València, habitualmente por medio de gabarra. También trabaja para abastecer VLSFO a través de tubería en Ferrol y A Coruña, y en la logística para ofrecer este suministro con camiones cisterna y ampliar así su distribución.

Fuera de Europa, Repsol ofrece servicio de bunkering en el Puerto de Callao y en Singapur. En este puerto asiático, clave en el tráfico marítimo global, el grupo ha comercializado en 2019 casi un millón de toneladas de VLSFO.

Asimismo, Repsol ofrece en el Puerto de Callao (Perú) este combustible producido en la refinería de La Pampilla. La compañía pretende aumentar durante 2020 esta actividad global, que ha permitido, además, potenciar otras líneas de negocio, como la oferta en el mercado de otros productos y componentes bajos en azufre.

El impacto de la OMI 2020 en el mercado de bunkering

Desde Repsol explican que la caída de la demanda del fuel con alto porcentaje de azufre (HSFO) ha producido que su precio en el mercado se vea muy reducido, así como el de los crudos que dan lugar a este producto (crudos pesados y medios con alto azufre). Por otra parte, asegura que el incremento de la demanda de gasoil marino provocará un aumento del precio de los gasóleos en el mercado.

En este escenario, la compañía española asegura que “las refinerías más competitivas, y especialmente aquellas con alta capacidad de conversión para transformar las fracciones más pesadas del crudo en productos de mayor valor añadido y con elevada producción de destilados (gasóleos y keroseno), pueden llegar a capturar un margen extra, por utilizar crudos pesados con un precio descontado y beneficiarse de los mayores precios de los gasóleos”.

Repsol, que ha invertido en los últimos años más de 4.000 millones de euros sólo en modernizar dos de sus refinerías, Cartagena y Bilbao, “es una de las energéticas europeas mejor preparadas para beneficiarse de esta coyuntura y maximizar la captura de márgenes”, sostiene Juan Carlos Ramírez, director de Programación, Logística y Venta a Operadores de Refino.

Un sistema de refino preparado

Las refinerías de Repsol en España se encuentran en el primer cuartil del ranking europeo en cuanto a capacidad de conversión y cuatro de sus cinco refinerías españolas disponen de cokers, plantas industriales que permiten aprovechar la parte pesada del crudo para convertir los componentes de HSFO en combustibles de mayor valor añadido (mayoritariamente destilados y gasolinas); este esquema conduce a una producción cero de HSFO. Repsol posee el 25% de la capacidad instalada en Europa de este tipo de unidades, a pesar de contar sólo con el 6% de la capacidad de destilación de crudo. Además, el sistema de refino español de la compañía tiene una alta producción de destilados medios (alrededor del 55% de sus productos), lo que confiere una alta robustez a su portfolio de productos.

El grupo explica que la sexta refinería de Repsol, en La Pampilla, en Perú, ha necesitado de un “esfuerzo adicional” para adaptarse a este nuevo contexto por su menor capacidad de conversión y mayor dependencia de la fabricación de fuel alto en azufre. El trabajo del equipo de especialistas de la propia refinería y de todos los negocios implicados ha permitido que, a finales de 2019, la refinería peruana se haya incorporado a la producción de VLSFO.

“La ventaja de Repsol se basa también en la capacidad de nuestras refinerías para procesar crudos pesados”, materia prima con un alto contenido de azufre, que se abaratará, “y en la demanda de destilados, que subirán de precio porque serán necesarios para producir fuel con 0,5% de azufre o se usarán directamente como combustible marino. La producción y venta de VLSFO es la punta del iceberg de la optimización económica de nuestro sistema”, asegura Juan Carlos Ramírez.


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