Desde el 10 de agosto entró en rigor la prohibición para el ingreso de carbón ruso a la Unión Europea. El embargo es parte de las sanciones aplicadas a Rusia en respuesta a la invasión de Ucrania y fue decidido hace 120 días.
Alemania, Polonia, Italia, los Países Bajos, España y Francia eran los mayores compradores de carbón de Rusia en la UE, que adquiría cerca del 20 por ciento de la producción carbonífera de ese país. Este volumen representa casi la mitad de las importaciones europeas de dicho producto, según el organismo de estadísticas Eurostat.
Entretanto, se han buscado fuentes alternativas y se han pactado suministros adicionales de carbón de países como Australia, Indonesia, Estados Unidos y Sudáfrica. También Polonia exporta ahora más carbón a sus vecinos, según DW.
El carbón transportado por barco llega principalmente a los puertos de Rotterdam, Ámsterdam y Amberes. Desde allí, debe ser llevado por vía fluvial a su destino. Pero eso es posible solo en forma restringida en este verano europeo caluroso. Debido al bajo nivel de las aguas de los ríos, actualmente solo se puede transportar por ellos el 30 por ciento de la carga habitual. El carbón se acumula, en consecuencia, en los puertos. De momento, la situación está tranquila, según cuenta un comerciante de carbón de Ámsterdam. Probablemente, la gran demanda se produzca a partir de septiembre.
Según comerciantes de carbón de Rotterdam, Ámsterdam y Amberes, hasta junio llegaron más cargueros de Rusia que el año pasado con este material. Pero, desde junio, las cifras de entrada de carbón disminuyeron drásticamente. Y, a partir de agosto, deberían bajar a cero. En Rotterdam se informa que ya no queda ningún barco con carbón ruso en el puerto.
Rusia se propone colocar el carbón que ya no puede vender a la UE principalmente en el mercado asiático. Los principales compradores allí son India y China, que por sí sola consume el 56 por ciento de todo el carbón extraído en el mundo. A la UE corresponde solo aproximadamente el 8 por ciento del consumo mundial. Y el conglomerado se propone dejar que utilizar combustibles fósiles, incluido el carbón, hasta el año 2050. Por ahora, sin embargo, la demanda aumenta. En Alemania, el carbón es la principal fuente utilizada para generar electricidad. Le sigue la energía eólica. La extracción de carbón, en tanto, se ha reducido fuertemente en los países de la UE.
El embargo aplicado a Rusia hace que los precios del carbón sigan subiendo y actualmente triplica al de hace un año. Por tonelada se está pagando por estos días 316 euros. En abril, el precio había llegado incluso a 400 euros.