Central baja estimación de crecimiento de 1 a 1,75% para este año


El Banco Central en el último Informe de Política Monetaria (IPoM) de junio, cifró una estimación de crecimiento de la actividad económica interna de entre 1 y 1,75% para este año y entre 2,5% y 3,5% para el próximo, con una inflación anual que después de bajar a niveles cercanos al piso del rango de tolerancia en los próximos meses volverá a 3% a fines de año, oscilando en torno a ese valor hasta mediados de 2019.

El informe del instituto emisor fue presentado, junto con el Informe de Estabilidad Financiera (IEF) del primer semestre del año, por su presidente Mario Marcel ante la Comisión de Hacienda del Senado en una sesión realizada en Santiago, en la que estuvo acompañado de los Consejeros Joaquín Vial, Pablo García y Rosanna Costa; las gerentas de División Política Financiera, Solange Berstein y de División Estadísticas, Gloria Peña y el gerente de la División Estudios, Alberto Naudon.

El IPoM señala que la inflación no muestra mayores novedades respecto del Informe de marzo pasado. Por un lado, su evolución reciente muestra que el incremento anual del IPC se ha mantenido en 2,7% desde febrero, mientras que la inflación subyacente –el IPCSAE, que no incluye precios de alimentos y energía- ha disminuido levemente. Asimismo, las perspectivas de corto y mediano plazo tampoco muestran mayores cambios.

TPM Respecto de la Tasa de Política Monetaria (TPM), dice que el supuesto de trabajo es que seguirá una trayectoria coherente con la que mostraban las distintas medidas de expectativas en los días previos al cierre del Informe. En su exposición ante la Comisión de Hacienda, el Presidente del Banco señaló que “considerados los recortes ya efectuados, creemos que la política monetaria ha llegado a un nivel de expansividad elevado y coherente con una inflación en 3 por ciento en el horizonte de proyección”.

Agregó que esto no significa que la TPM no vuelva a ajustarse, sino que “en el escenario más probable no sean necesarios nuevos movimientos de la tasa y que lo más importante será dejar que el impulso monetario permee a la economía durante el tiempo necesario”. “El Banco Central no reaccionará a datos puntuales, sino a cambios discernibles y sustanciales en el escenario macroeconómico futuro que pudieran comprometer el cumplimiento de sus objetivos”, puntualizó.

El IPoM dice que las bajas en la Tasa de Política Monetaria (TPM) se han ido incorporando en el costo del crédito. “Más allá de vaivenes actuales, las tasas de interés de las colocaciones de consumo, comercial e hipotecarias están en niveles bajos en perspectiva histórica”, añade. Crecimiento Dice el IPoM de junio que el ajuste en el rango de crecimiento responde a la revisión habitual para esta época del año –un estrechamiento de un cuarto de punto porcentual respecto del IPoM previo- y la mayor debilidad de la minería.

Tanto porque el primer trimestre fue más negativo que lo previsto como porque los efectos de la huelga en Escondida se han traspasado al segundo cuarto. Del mismo modo, se sostiene que las perspectivas para el resto de los sectores de la economía no han variado. Considera que la economía retomará mayores tasas de crecimiento hacia fines del 2017 y el 2018, coherente con una economía que no muestra desbalances relevantes y en la que se disiparán gradualmente algunos de los factores puntuales que han impedido un mejor desempeño en años recientes -como por ejemplo, la importante caída de la inversión minera en los últimos 3 años. Suma a ello una política monetaria más expansiva y un impulso mayor del sector externo.

El Informe asume que la política fiscal continuará la consolidación anunciada por el Gobierno. El IPoM parte diciendo que el escenario macroeconómico ha evolucionado en línea con lo que estaba previsto en el Informe de marzo. Añade que la actividad del primer trimestre tuvo un crecimiento casi nulo, muy influenciado por el paro en Minera Escondida, dentro de un contexto en que sectores ligados a la inversión en construcción permanece muy débil. Agrega que en el resto de los sectores se ven dos tendencias.

Por un lado, está la debilidad de la construcción y los servicios asociados y, por otro, un desempeño más estable del consumo privado, impulsado fuertemente por el de bienes durables. “La mayor estabilidad del consumo se da en un contexto en que las expectativas de los consumidores, si bien siguen en niveles pesimistas, han mejorado algo”, señala el Informe, proyectando un crecimiento en el consumo total, privado y público en torno a 2,5% este año y 3% el próximo. Respecto del mercado laboral, sostiene que continúa ajustándose en línea con lo previsto.

Añade que la tasa de desempleo ha sido baja desde una perspectiva histórica, pero con variaciones anuales del empleo asalariado que siguen siendo negativas y con remuneraciones que continúan desacelerándose. En su presentación, el Presidente del Banco hizo notar que pese a los aumentos recientes, el peso relativo del empleo no asalariado se ubica actualmente en el promedio del período 2010-2017 y significativamente por debajo del de períodos recesivos.

Sector Externo

El Informe entregado por el Banco Central dice que no hay grandes divergencias en el sector externo respecto de lo que se había previsto. Precisa que en las economías desarrolladas se sostienen los signos de repunte; que el crecimiento en China continúa estable, y que en América Latina la actividad ha sido más débil de lo esperado, aunque la menor inflación ha permitido normalizar más rápido la política monetaria en algunas economías. Para los años 2017 y 2018 se prevé que el crecimiento mundial promediará 3,5% y el de los socios comerciales de Chile, lo hará en 3,3%. 3 Se mantienen las proyecciones para el precio del cobre y del petróleo.

En el caso del cobre el precio proyectado es de US$ 2,55 la libra este año y US$ 2,5 el próximo y en el del petróleo, un promedio de algo más de US$ 50 el barril. Escenarios de riesgo El Informe sostiene que las principales fuentes de riesgo en el sector externo son la evolución de la política fiscal y monetaria en Estados Unidos y su impacto sobre la economía mundial y las condiciones financieras. Respecto de Europa, dice que los recientes resultados eleccionarios han ido disipando algunos de los riesgos políticos, aunque no es descartable que la economía global reciba un impulso adicional desde esa región.

En cuanto a China, sostiene que sigue siendo una preocupación, porque algunos datos coyunturales han sembrado dudas respecto de la trayectoria futura de la actividad, con algunos mercados que exhiben desequilibrios importantes. Para América Latina señala que los recientes acontecimientos en Brasil podrían generar efectos más relevantes sobre las condiciones financieras para la región.

En el plano interno, el Informe dice que sigue siendo un riesgo que las empresas requieran hacer ajustes mayores en sus planillas de personal, especialmente si las perspectivas de recuperación de la actividad no se materializan, lo que podría debilitar el crecimiento de la masa salarial con efectos negativos en el gasto. Pero agrega que, en contraste, un mayor impulso externo y una mejora en las expectativas podrían hacer reaccionar la inversión con más fuerza, especialmente en un contexto donde la política monetaria se ha tornado más expansiva y las condiciones financieras locales y externas son favorables. El balance de riesgos para la inflación y la actividad contenido en este IPoM está equilibrado.


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