Por Bruno Gaete/Luis Alonso
La Comisión de Medio Ambiente, Cambio Climático y Bienes Nacionales del Senado se encuentra discutiendo el proyecto de Ley sobre Administración del Borde Costero y Concesiones Marítimas, lo que ha generado preocupación al interior de la Cámara Marítima y Portuaria de Chile (Camport) por su potencial perjuicio a la actividad y existencia de puertos privados.
La iniciativa legislativa, que contempla el traspaso al Ministerio de Bienes Nacionales la facultad de otorgar el uso privativo del dominio público marítimo-terrestre (concesiones marítimas DFL 340), apunta a resolver problemas generados por duplicidad de funciones y, de esta manera, mejorar los tiempos de tramitación y gestión de las solicitudes de concesiones marítimas.
Sin embargo, desde la asociación gremial se ha sostenido que el proyecto de Ley no sería una buena solución para el problema planteado y, adicionalmente, crearía 10 nuevas complicaciones. Entre estas se destacó la afectación directa a los puertos privados, desincentivos a las inversiones, la consolidación de los efectos negativos de la Ley Lafkenche, congelamiento del desarrollo de un puerto en funcionamiento, la inviabilización de nuevos proyectos, entre otros elementos catalogados como graves por la entidad.
Sobre esta materia y del momento económico que atraviesa Chile conversó con PortalPortuario el presidente de la Cámara Marítima y Portuaria de Chile, Daniel Fernández. En el diálogo, el ingeniero civil de la Universidad de Chile se refirió también a la pronta inauguración del megapuerto peruano de Chancay.
¿Cómo podría afectar a los puertos la aprobación del actual proyecto de Ley sobre Administración del Borde Costero y Concesiones Marítimas?
En Chile tenemos dos tipos de puertos. Unos son los puertos del Estado que hacen concesiones a concesionarios, los que invierten por un periodo y recuperan su inversión por vía de tarifas y luego entregan la concesión. Según la Ley esas concesiones duran por 30 años y luego se vuelven a licitar para que otro concesionario -o el mismo- tome la concesión, haga nuevas inversiones y así pueda crecer el puerto. Esos puertos no son tocados por esta Ley, porque los puertos estatales son propietarios del borde costero que ellos entregan en concesión para inversiones. Estamos hablando más bien de los puertos que fueron construidos bajo la modalidad de concesión marítima como es el caso de Lirquén, Ventanas, Coronel, los puertos y terminales mineros del norte, entre otros. Son puertos que tienen una porción marítima y que son iniciativa de un privado que propuso hacer ese puerto, que invirtió en ese puerto y que tiene un negocio basado en ese puerto.
En el primero de los casos, si se acaba la concesión y se renueva con una nueva licitación no pasa nada, pero en el segundo de los casos si se acaba la concesión se acaba el puerto y luego se acaba el negocio y, por lo tanto, todas las exportaciones que atendían esos puertos pueden ser frenadas. Entonces, con un proyecto de Ley que dice que a los 50 años se acaba la concesión, que no es renovable y que además durante el periodo de concesión no se pueden hacer cambios en la concesión, no se pueden agregar terminales, no se pueden cambiar áreas de respaldo, es realmente un contrasentido. Los senadores lo entendieron y creo que el ejecutivo también lo entendió y seguramente van a haber muchos cambios en ese proyecto de Ley.
¿La comisión del Senado podría remover los puntos que preocupan en el actual proyecto de Ley?
Los senadores en la comisión le plantearon al ejecutivo que el proyecto debe ser reformulado en muchos aspectos y nosotros ya pedimos una reunión por Lobby con la ministra de Bienes Nacionales para colaborar y hacerle ver nuestro punto de vista y nuestra experiencia, de modo que si esta ley sale sea una buena ley. Buena ley no significa que nos beneficie necesariamente a nosotros, sino que al sistema portuario, al país, a los exportadores, al comercio exterior.
¿Perjudica a la economía del país el aprobar este proyecto legislativo?
El comercio exterior de Chile se mueve en un 93% por los puertos y el PIB nacional es un 65% comercio exterior. Entonces, tocar un sistema que funciona implica necesariamente ver qué elementos queremos conservar de ese sistema que no vayan a alterar las buenas condiciones que el sistema tiene. Aquí en eso no se pensó claramente y se introdujeron cambios que yo creo que no tienen un criterio estratégico, pero lo vamos a trabajar, hay tiempo y la comisión entendió muy bien lo que está en juego, así que soy optimista que puede cambiarse. Así como está la verdad que hace un perjuicio muy grande y no solo para concesiones marítimas para puertos.
¿Qué otros sectores se podrían ver afectados?
Este proyecto de Ley también afecta a salmones, pesca, minería, concesiones para desalación de agua, entre otros. Entonces son muchos los sectores y las industrias que resultan afectas y ya están advertidos de que aquí hay que trabajar en conjunto para colaborar en un diseño de proyecto de Ley de política pública sana y no como el actual, el que pone en riesgo las inversiones y la operación portuaria y de otras industrias.
¿Qué impresiones le deja el 0% de crecimiento que anotó la economía chilena?
Yo creo que es un fiel reflejo de lo que todos ya sabemos, que la economía perdió dinamismo, que no hay innovación, que no hay ganancia de eficiencia y tenemos un espacio enorme para mejorar, pero eso requiere políticas públicas sólidas, requiere un sistema público ágil para que los inversionistas quieran hacer las inversiones en un tiempo prudente. Capital hay en el mundo, inversionistas interesados hay, potencialidad en Chile hay, pero deben darse las condiciones para que finalmente eso ocurra y esas condiciones las pone el sistema público. Yo creo que tenemos un desafío político muy importante, ya que más que un tema económico es político, la economía después va a resolver las cosas en la medida que exista realmente una estrategia que genere interés por parte de los privados para desarrollar las inversiones.
¿El proyecto de Ley sobre sobre Administración del Borde Costero y Concesiones Marítimas puede convivir junto a la Ley Lafkenche?
Esto proyecto de ley ratifica o consolida el hecho que la Ley Lafkenche, o los famosos ECMPO (Espacio Costero Marítimo de los Pueblos Originarios), están por delante de las concesiones marítimas, pero ahora hay otro proyecto de Ley que busca cambiar eso y que es iniciativa de los senadores. Sobre todo lo que está intentado este nuevo proyecto de Ley es modificar a la Ley Lafkenche respecto a que no existan estas oficinas de abogados especulativas cuyo interés muchas veces es crear esta suerte de derecho constitudinario por vía artificiales para bloquear proyectos y luego obtener compensaciones por vía de negociación. Yo creo que el respeto de los derechos constitudinarios de los pueblos indígenas es para mi un valor cultural que Chile debe respetar, pero debe ser auténtico, legítimo y no una excusa para enriquecer oficinas de abogados. Los procesos deben ser claros, transparentes y rápidos.
El megapuerto peruano de Chancay será inaugurado en el corto plazo ¿Comienza una nueva preocupación para Chile?
Yo creo que Chancay es un tema de más largo aliento. Hay que hablar del tema, hay que levantarlo, porque es estratégico y tiene un horizonte, pero no están en la preocupación del día a día. Veo la preocupación del día a día más en aumentar la eficiencia del sistema portuario, principalmente a través de los accesos y con esto me refiero al uso del tercer turno de los camiones y las inversiones en ferrocarriles, que son fundamentales en Chile.
La carga está más o menos congelada en los últimos 10 años, el volumen de carga, no en valor de carga. Eso en algún momento va a comenzar a crecer y nosotros tenemos el espacio -todavía- de eficiencia para poder atender una mayor cantidad de carga sin hacer inversiones en lo inmediato, pero es importante tener un plan de inversiones por parte de los entes del Gobierno que trascienda un Gobierno en particular. Un calendario referencial de inversiones claro con un horizonte de 20 años. Yo creo que eso lo necesitamos y si lo hacemos bien para los exportadores chilenos Chancay no va a ser una competencia tan complicada.