Por Andrés Orrego Siebert
@PortalPortuario
Como grave calificó Juan Esteban Bilbao, gerente general del Valparaíso Terminal de Pasajeros (VTP), la decisión de cuatro navieras por operar en Puerto Central (PCE), en San Antonio. A su juicio, la determinación es un efecto de la constante amenaza de los trabajadores portuarios locales que -en sus palabras- mantienen como “rehén” a esta industria dados sus problemas laborales derivados del llamado conflicto de las cargas limpias.
En entrevista con PortalPortuario.cl, Bilbao aseguró que si bien no son 18 las recaladas que se pierden esta temporada como dio a conocer PCE, el impacto de dejar de atender seis cruceros es profundo, no solo por los recursos que dejarán de moverse en la economía de la capital regional, sino también porque “se ha destruido” el trabajo que tomó una década y media para posicionar a Valparaíso como home port.
¿Qué impacto traerá a Valparaíso el traslado de cuatro líneas de cruceros con 18 recaladas a San Antonio?
Primero, hay que aclarar que no son 18, sino seis. Lo que se agrupa es la Norwegian Cruise Line que tiene varias empresas entre ellas Oceania Cruises, Regent Seven Seas Cruises y eso en total hace seis recaladas en el itinerario 2017-2018, pero aunque sea una es grave.
Pero Puerto Central dio a conocer que serán 18 los arribos…
Es que de ese grupo económico, la Norwegian Cruise Line trasladará tres recaladas, Oceania Cruises dos y una de la Regent Seven Seas Cruises, lo que da seis recaladas que estaban confirmadas en Valparaíso que se van a San Antonio.
Usted dice que el impacto es grave ¿Qué tan profunda será la pérdida para Valparaíso tras esta decisión de los armadores de irse al puerto vecino?
La ciudad de Valparaíso, que es Patrimonio de la Humanidad, en la que se ha desarrollado por años un esquema de mejora en la calidad de servicio con orientación al turismo con múltiples hoteles boutique, con restoranes, pubs, con guías turísticos bien preparados, con servicios de taxis que han hecho un gran esfuerzo por capacitarse, claramente perder una nave es grave, perder seis es más grave, pero lo peor es que todavía se mantiene este absurdo que se está viviendo en Valparaíso por parte de los trabajadores portuarios de tener practicamente como una moneda de cambio a la industria de cruceros como una moneda de cambio por los aforos de las cargas, lo cual es gravísimo, porque el ambiente de inestabilidad, de no querer dar servicio a los cruceros hace que las compañías navieras tomen decisiones como la de Norwegian Cruise Line.
¿Han sido intransigentes los portuarios con este tipo de hostilidades a los cruceros?
Uno ve en la prensa y en las redes sociales que los trabajadores siguen y se mantienen en su posición y eso sumado al agravante que su propio empleador que es el TPS mantiene su posición de no dar preferencia de sitio de atraque con anticipación como lo requiere la industria de cruceros, lo que hace una mezcla nefasta y puede darse que no solo estas líneas y sus compañías asociadas puedan tomar la misma decisión de irse.
¿Hay un doble discurso sobre este tema?
Lo que se ve es que aquí, claramente, se miente. Los hechos son los que cuentan la verdad y la verdad es que el concesionario TPS no está disponible y así se lo informamos a todas las líneas de cruceros a confirmar la reserva de sitio de atraque con dos años de anticipación.
Pero tanto la empresa como trabajadores han dicho que no ponen trabas a los cruceros…
Ellos dicen que pueden recibir la solicitud de reserva de atraque con dos años de anticipación, pero que solo los pueden confirmar con tres meses de anticipación a la llegada al puerto, lo cual es imposible, porque la industria de cruceros se planifica con dos años de anticipación, por lo que se tienen que tener la certeza en que tal día y a tal hora va a tener el sitio de atraque, porque desde ahí se comienza a construir el itinerario con los diferentes puertos, los diferentes del país y toda la logística en especial en Valparaíso que es un home port, que es un puerto de recambio de pasajeros. Por lo tanto, cada persona, cada pasajero, es una logística distinta en términos de vuelos, en términos de su regreso a casa o cómo llega a embarcarse, de modo que pedir los dos años de confirmación no es un capricho como lo ha indicado TPS.
¿No es suficiente un plazo de tres meses?
No. Imagínese un itinerario vendido con 1.500 personas embarcadas, que vienen a disfrutar, y que con tres meses de anticipación se les diga, sabe que no los van a atender ese día, eso es imposible, así la industria no puede funcionar. Nunca se ha visto que un crucero llegue a una parte atrasado, porque cuando se planifica que a tal día y tal hora es la recalada es así. La industria de cruceros es exacta debido a la logística de personas, los tours, las excursiones que ya están preparada. Imagine una estancia en Punta Arenas que va a recibir a tantas personas para hacer un asado improvisara y al momento de prender el fuego le dijera a los cruceristas que no está el cordero. Eso no funciona así y lo mismo pasa en Valparaíso con gente que hace su reserva en los hoteles y se queda uno o dos días esperando a la nave.
Es difícil hacer un cálculo para determinar la cuantía del perjuicio, toda vez que cada pasajero también consume ciertos montos, pero se podría pensar que estas seis recaladas que se pierden, son aproximadamente 19 mil pasajeros y casi 4 mil tripulantes tienen un consumo promedio de 100 dólares, lo que da 2,3 millones de dólares aproximados que se dejan de mover en la ciudad. A esto hay que sumarle los gastos de la navier por concepto de servicios como remolcadores, prácticos, el uso del muelle y del terminal, por lo que sí podríamos hablar de casi 3 millones de dólares o más, por que además de las principales empresas que viven de esto, hay una serie de pymes como las lavanderías, los pequeños restoranes y los guías turísticos, entre otros que generan en verano sus ingresos del año. Todo eso se pierde, todo ese se destruye.
¿Se convierte con esto Valparaíso en un puerto rojo?
Lo que uno no puede entender, porque está fuera de toda lógica, que cómo por una demanda, por más legítima que sea por parte de los trabajadores, se afecte a una industria que no tiene nada que ver. La industria de los cruceros se ha tomado como rehén en Valparaíso por un problema ajeno a los cruceros. Uno podría entender esto si los cruceros generaran externalidades negativas a los trabajadores, pero no es así. No está en manos de la industria de cruceros resolver el problema (de las cargas limpias), pero sí se les ve afectada por los trabajadores y por el concesionario mediante el cambio de las prioridades de atraque y, si bien no me consta, también está -según dice la empresa portuaria- la solicitud de aumentar tarifas en casi un 100%, entonces esas son pruebas de que no quieren a la industria de cruceros en Valparaíso.
¿VTP tomará alguna acción legal por las pérdidas que acarreará este traslado de naves a San Antonio?
Estamos haciendo todos los análisis para ver por qué medio vamos a llegar a los responsables para compensar, de alguna forma, este perjuicio que se ha generado. Todavía no se dimensiona en su real magnitud el problema, el daño se lo estamos generando al país que en Valparaíso tiene su máxima expresión del turismo marítimo-portuario, porque aquí están todas las condiciones, donde se ha invertido en un terminal de calidad mundial para atender a los pasajeros y no se va a usar.
Los portuarios dicen que usted debió mediar en el conflicto y no hizo…
Nosotros hemos agotado todas las instancias, pero no sacamos nada con decirle a la industria de cruceros decirle que damos un servicio de calidad cinco estrellas, porque no está en nuestras manos la decisión que han tomado los concesionarios y los trabajadores.
¿La solución de usar el sitio 8 de TCVAL no es suficiente?
Es una solución náutica para que la nave pueda atracar, pero no es la condición ideal. Efectivamente, si tengo la posibilidad de ingresar con la nave completa a un muelle versus a esta otra en la que queda una porción de la nave afuera, indudablemente que como naviero prefiero irme al lugar más seguro, porque ante el evento de un accidente estamos hablando de naves de un alto costo. La opción del sitio 8 es una opción real, pero de parche mientras se desarrolla otra alternativa como es construir de verdad un frente de atraque para los cruceros y eso va a tomar tiempo.
Bastante si se considera que la tramitación ambiental es larga y que los proyectos de EPV se han visto permanentemente trabados en esa instancia…
Claro, todo esto toma tiempo, porque se tienen que hacer los estudios de ingeniería básica, ingeniería de detalle y la construcción propiamente tal, pasando por la tramitación ambiental. Si todo anduviera bien, podríamos pensar en un horizonte de dos a tres años, siendo optimista.
Y en ese periodo, San Antonio podría consolidar un terminal de pasajeros allá…
Lo más probable es que con estas líneas, ellos ya hayan firmado contratos no solo por esta temporada, sino por varias más, por lo tanto no solo estamos perdiendo la temporada 2017-2018, sino unas cinco mínimo y si Puerto Central ya anunció inversiones es porque, de seguro, ya cerró contratos a largo plazo, sino no sería negocio.
¿Cuánto le va a costar a Valparaíso recuperarse de este golpe?
En unos pocos meses se ha destruido el trabajo de 15 años. El gran perdedor aquí es Valparaíso y sus ciudadanos debido a la incapacidad de encontrar soluciones a un problema “x” y por la decisión antojadiza de un grupo de trabajadores de tomar como moneda de cambio a los cruceros para resolver sus problemas laborales.