Por Redacción PortalPortuario.cl
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Mitsui OSK Lines (MOL) llegará por primera vez con un buque granelero equipado con vela dura al Puerto de Newcastle, en Australia, a finales de este año.
El buque se llamará Wind Challenger. Tendrá un peso muerto de aproximadamente 98.9000 toneladas y siete escotillas/bodegas. La escotilla 1 (en proa) será de 13,35 x 21,00 metros y las demás de 18,69 x 21 metros. La longitud entre perpendiculares será de 321 metros y tendrá una manga de 43 metros, un puntal de 20 metros y un calado de diseño de 12,8 metros.
La vela única producirá suficiente fuerza de propulsión para ahorrar 5% de las emisiones de gases de efecto invernadero en la ruta Japón-Australia. Sin embargo, la compañía señala que, en el futuro, las múltiples copias de la vela podrían instalarse en un solo buque y en una variedad de configuraciones diferentes.
Los buques más grandes con cubiertas planas, como los grandes graneleros y petroleros, podrían ser especialmente adecuados para el nuevo tipo de vela. MOL también señala que el sistema podría, en el futuro, también instalarse en naves que funcionan con combustibles no fósiles.
Los graneleros y los buques cisterna son especialmente adecuados para la propulsión asistida por viento, ya que es mucho menos probable que los sistemas de viento de dichos buques interfieran con las operaciones de carga en comparación con otros tipos de buques. Los graneleros y los petroleros tampoco suelen tener requisitos de alta velocidad.
Mientras que un portacontenedores completamente cargado viajará a unos 25 nudos (aproximadamente 46 km/h), un granelero grande completamente cargado probablemente viajará a unos 10 nudos (aproximadamente 18,5 km/h). En general, se piensa que algunos tipos de barcos, como los grandes car carrier, no son aptos para la tecnología de vela, ya que tienen un francobordo muy alto y, como tales, ya experimentan una fuerte fuerza del viento.
El sistema de vela dura se llama Wind Challenger. Comenzó en 2009 como un proyecto conjunto industrial/académico dirigido por la Universidad de Tokio. En enero de 2018, MOL y Oshima Shipbuilding se hicieron cargo del plan y, en octubre de 2019, la Clase NK de Japón otorgó un principio de aprobación para el sistema.
El sistema Wind Challenger (en su primera iteración) se instala cerca de la proa de un granelero. Consiste en cuatro niveles de 15 metros de ancho por 20 metros de alto que se ensamblan uno encima del otro. Sin embargo, el sistema en extensión completa tendrá una altura de 54 metros.
El mayor de los niveles está en la parte superior y el más pequeño en la parte inferior, lo que significa que el sistema de velas puede extenderse o contraerse telescópicamente a voluntad. Por lo tanto, si el viento es demasiado fuerte o si el mar está demasiado agitado, el sistema se puede contraer y también se puede girar para brindar la máxima protección contra daños. De manera similar, cuando un buque entra o sale del puerto, el sistema puede reducirse en tamaño para facilitar la navegación.
La vela está hecha de plástico ligero, resistente y reforzado con fibra de vidrio. Este material permite un fácil control del empuje y la carga al tiempo que “mejora drásticamente la seguridad”, según MOL, que agrega que esta es la primera vez que este plástico reforzado con fibra en particular se utiliza en grandes buques mercantes.