Por Emiliano Galli
@TradeNewsAr
Dos puertos bonaerenses, La Plata y Bahía Blanca, y el chaqueño de Barranqueras, firmaron en la Subsecretaría de Puertos, Vías Navegables y Marina Mercante de Argentina un “convenio marco de colaboración” para promover el transporte intermodal de mercaderías, aumentar el uso de las vías navegables para el movimiento de las cargas y reducir la huella de carbono al utilizar el modo fluvio-marítimo, el menos contaminante de todos.
“Se entiende prioritario por las autoridades nacionales, autoridades portuarias provinciales, empresas logísticas, transportistas y dadores de cargas reducir los costos logísticos en general”, sostiene uno de los considerandos del convenio.
El acto fue encabezado por el subsecretario nacional de Puertos, Mariano Saúl, y las autoridades portuarias de los puertos provinciales que suscribieron el acuerdo fueron José María Dodds (La Plata), Miguel Donadío (Bahía Blanca) y Roberto Benítez (Barranqueras).
No obstante, se trató de un acuerdo público-privado, por lo que también participaron activamente los empresarios concesionarios de las terminales y plazoletas de cada uno de los puertos públicos: Burno Porchietto, por TecPlata (La Plata); Cristian López, por Patagonia Norte (Bahía Blanca), y Raúl Guex, de la Plazoleta de Consolidación y Movilización de Contenedores de Barranqueras.
Corredor logístico intermodal
Según se desprende del convenio, se identificó como solución logística “un corredor fluvial entre los puertos de La Plata y Barranqueras”, por un lado, y un “corredor marítimo entre los puertos y de La Plata y Barranqueras”, donde participarán además como centros de ruptura y transferencia de cargas los modos camionero y ferroviario.
Si bien los corredores de transporte son “naturales”, su aprovechamiento depende exclusivamente de la logística, esto es, planificar y acordar entre los actores involucrados que por ese corredor fluyan las mercaderías.
Esto, en la Argentina, es un desafío porque implica un acuerdo político primero (por las diferentes jurisdicciones involucradas), una cooperación entre empresas proveedoras del servicio de estiba y transporte, y por último la confianza de la carga en que el corredor tendrá “regularidad”.
Costos y huella de carbono
Un aspecto no menor es la referencia que hace el convenio al “cambio climático” y a la ratificación hecha por la Argentina del “Acuerdo de París”, a través de la ley 27.270, que prevé la realización de todos los esfuerzos posibles para reducir las emisiones de gases contaminantes. El transporte, en general, es uno de los mayores “contribuyentes” al cambio climático, pero una mejor planificación de los modos empleados permite reducir la huella de carbono en una cadena o corredor como este que une tantos kilómetros, y que limitaría el uso del camión en favor del transporte fluvio-marítimo.
Entre los compromisos acordados, se destaca “que un porcentaje significativo de las cargas de cabotaje que en la actualidad se transportan por camión utilicen los beneficios de la vía fluvial y/o marítima, a fin de reducir costos y la huella de carbono”.
El actor público, al frente
El diversificado Puerto de Bahía Blanca tendrá a su cargo la captación de cargas del sur y centro del país. Por otra parte, el convenio “eleva” el protagonismo de las autoridades portuarias de meros organismos de contralor a promotores “de la interacción comercial de los tres polos productivos y de consumo que rodena a cada uno de ellos, acercando de tal modo el norte argentino, al centro y sur de la provincia de Buenos Aires”.
En definitiva, el sector público asume un rol más comercial y activo de “búsqueda de las cargas” y de favorecer las instancias necesarias para que los operadores logísticos no encuentren “baches burocráticos” en el día a día.
Barranqueras jugará un rol fundamental: su conexión ferroviaria se extiende bien hacia el oeste del norte argentino, y será clave para que el intermodalismo tome vida, atrayendo carga por tren y transbordándola a barcazas.
El acuerdo suscrito tiene dos años de duración. Ahora queda todo en mano de los actores, y de la demostración de que no sólo es posible fomentar el intermodalismo en la Argentina, sino que la alianza público-privada puede finalmente disparar las fuerzas productivas y exportadoras del país.