Por Andrés Orrego Siebert
@PortalPortuario
Una mayor coordinación entre los Servicios Públicos que dependen de los Estados y las empresas que participan de la cadena logística-portuaria asoma como uno de los principales desafíos para el sector al cierre de la segunda década del siglo XXI.
De acuerdo a diversos ejecutivos portuarios latinoamericanos, que fueron consultados por PortalPortuario.cl, fortalecer la gobernanza se considera como uno de los retos relevantes para hacer de los puertos más competitivos.
William Elliot, COO del Puerto Barranquilla, aseguró sobre este punto que “los retos que podrían estar enfrentando las terminales a fines de la segunda década, son: el fortalecimiento de la conexión y asociaciones entre el sector público y privado encaminadas a fortalecer la infraestructura portuaria y accesorios para el desarrollo del sector portuario y logístico; la estabilidad de las tasas de interés internacionales y de los gobiernos en los países latinoamericanos, una vez ya se puedan ir observando los cambios que afecten al sector y a las inversiones asociadas a y relacionadas con la industria portuaria”.
Al respecto, Edgar Patiño, presidente de la Autoridad Portuaria Nacional de Perú, sostuvo que una mejor gobernanza debe considerar todos los aspectos de la cadena logística desde producto, la conectividad, además de modernización de los recintos portuarios.
“Los cambios del comercio internacional y del transporte marítimo influyen en la logística portuaria y en la gestión de los terminales portuarios, por lo que debemos enfocarnos a una nueva forma de Gobernanza Logística, en donde se considere todos los aspectos de la cadena logística de la mercancía”, dijo.
“Los desafíos de esta Gobernanza Logística deben estar enfocados en la mejora continua de nuestros productos comerciales, así como en la generación de nuevos, para ser más competitivos a nivel mundial; del mismo modo, deben enfocarse en el desarrollo e implementación de una mejor conectividad para el traslado de estas mercancías en el interior del país, a través de mejoras en el transporte marítimo, terrestre, fluvial y ferroviario, incluyendo la modernización y generación de nuevas infraestructuras portuarias, aeroportuarias, centros de distribución y de consumo; en las mejoras en la gestión del tratamiento de la mercancías, identificando las trabas en los procesos logísticos que están inmersas desde su generación hasta el cliente final, tanto para la cadena de exportación y la de importación ; y en la implementación de las tecnologías de la información en todo el proceso logístico”, profundizó.
Gonzalo Mórtola, presidente AGP interventor del Puerto de Buenos Aires, consideró que la articulación del mundo público y privado es esencial para el desarrollo de la industria, por lo que en el caso del recinto portuario de la capital trasandina se lleva a cabo desde 2016.
“Trabajar de manera articulada con organismos públicos y privados en integración tanto nacional como regional es uno de los grandes desafíos para el sector sudamericano y desde 2016, tenemos la gran vocación de integrar e implementar medidas que generen beneficios mancomunados”, indicó.
Sobre este punto abordado por Mórtola, Mauricio Suárez, expresidente del Puerto de Santa Marta; en Colombia, y actual primer vicepresidente de la Asociación Internacional de Puertos y Muelles (IAPH), reflexionó que el sector portuario se ha visto exigido a avanzar; no obstante, las entidades estatales vinculadas a la logística y al comercio exterior no avanzado a la misma velocidad.
“Si bien la situación de las líneas marítimas podría mejorar la de los puertos en contraste muestra un estrés . Hoy vemos un sector portuario que en la década anterior y en lo que lleva corrido de esta se ha visto enmarcado en la necesidad de hacer inversiones importantes en busca de la eficiencia operativa que le exige el comercio exterior. Vemos a unos gobiernos que en paralelo no avanzan al mismo ritmo para buscar que esas inversiones cumplan con la eficiencia. Las inversiones en conectividad terrestre, fluvial, ferroviaria para que las mercancias fluyan no se ha dado al mismo ritmo”, aseveró.
“Igualmente los procesos aduaneros y tramites de importación y exportación merecen mas atención que para realmente se puedan lograr las sinergias entre las inversiones en infraestructura y equipamento portuario y puedan, así, brindar las eficiencias esperadas. Igualmente se ha visto cada vez un sector privado más presente y fuerte en las inversiones en la industria portuaria y para ello temas como la gobernanza y procedimientos administrativos deberán alinearse con la nueva dinámica de la industria portuaria”, ahondó.
Puertos exteriores y dragados
En Chile, la mayoría de los puertos efectuó inversiones “a tiempo” para recibir naves neopanamax directamente desde Asia, así como para soportar el aumento progresivo de arribos de este tipo de embarcaciones a raíz de la ampliación del Canal de Panamá que, recientemente, completó los 3 mil tránsitos.
Sin embargo, “las terminales enfrentan entre otros el desafío de tener que lidiar con barcos más grandes, lo que implica más capacidad portuaria instantánea disponible sin que ello signifique que va a ganar más volumen de carga, se impone una buena reingeniería y creatividad para manejar los picos en la operación que significa y tener que atender estos nuevos gigantes que llaman a los muelles”, planteó Rommel Troetsch expresidente Cámara Marítima de Panamá.
Dado lo anterior, estas inversiones -dado el crecimiento de las naves y el aumento del comercio internacional- podrían quedarse “cortas”, motivo por el cual se necesitaría de más infraestructura como la del Puerto de Gran Escala que, a mediados de enero, la presidenta de la República, Michelle Bachelet, anunció que se construiría en San Antonio.
En ese sentido, citando al investigador de la Cepal, Octavio Döerr, Aldo Signorelli, gerente general de la Empresa Portuaria San Antonio, apuntó que los países de la región deberán seguir el camino de Chile para aumentar sus capacidades portuarias.
“El investigador Octavio Döerr describió que puertos de México, Panamá, Costa Rica, Colombia, Ecuador, Perú y Argentina deberán seguir el camino de Chile de planificar y anunciar un puerto de aguas afuera, con construcciones en terrenos nuevos”, afirmó Signorelli.
“No está en la agenda un puerto concentrador en la región, pero si está en juego mantener la competitividad del comercio exterior de nuestros países”, agregó.
Por su parte, Marcos Baptista, presidente del Complexo Industrial y Portuário de Suape, aseguró que en Brasil, y fundamentalmente en su puerto, uno de los desafíos será continuar con las inversiones en infraestructura para adecuarlos al tamaño de las naves.
“Continuar con las inversiones en infraestructura, capacitando al puerto para recibir naves cada vez mayores y consolidar a Suape como hub de la región Nordeste de Brasil. Eatamos alcanzando eso con inversiones privadas, con nuevos arrendamientos y obras de dragado. Estamos con obras en curso, actuando directamente para recibir naves mayores para entrar en la ruta regular de los grandes armadores”, señaló.
“Otro punto es la retomada de la autonomía para que las administraciones de los puertos públicos delegados y autorizados puedan tener agilidad en atender las expectativas y demandas del mercado”, completó.
Por otro lado, tanto en Brasil, Argentina, Colombia y Ecuador, donde existen una gran cantidad de puertos fluviales, no solo la extensión de frentes de atraque es prioritaria, sino también el dragado.
“Los puertos tendrán el desafío de recibir naves de mayor tamaño, requiriendo más infraestructura y mayor calado mediante dragados, además deberán enfrentar mayor competencia con un incremento de la oferta”, comentó Enrique Brito, presidente ejecutivo del Terminal Portuario Guayaquil.
Digitalización y sustentabilidad
Un punto que no debe olvidarse es el de la digitalización para lo cual los países, y fundamentalmente Chile, han comenzado a avanzar en la implementación de Port Community System, aplicaciones para transportistas, agendamiento electrónico y ventanillas únicas digitales.
Junto con esto, los complejos portuarios -y quienes los dirigen- deberán ir más allá y adaptarse a nuevas tecnologías como la de buques no tripulados o el Blockchain.
“Se hace necesario estar a la vanguardia de los tiempos cibernéticos que se nos avecinan en toda la cadena logística internacional, los puertos deberán de prepararse para recibir buques que serán controlados de manera remota los cuales sin duda alguna permitirá a los armadores mejorar la gestión de su flota, reducir consumo de energía y controlar las emisiones. También otro reto será el de adaptarse a la tecnología Blockchain la cual tendrá unos beneficios enormes para toda la cadena de suministro y transporte reduciendo la papelería y entregando información de manera segura y fácil”, afirmó William Elliott.
Los futuros pasos que den los terminales portuarios de la Región, a juicio de los ejecutivos, no podrá evadir cuestiones que se han transformado imperativos categóricos a nivel global, tales como el cuidado al medio ambiente, la seguridad laboral y, por supuesto, la relación con la comunidad.
“Estamos convencidos de que cualquier puerto que plantee procesos modernos debe contemplar excluyentemente prácticas sustentables, consideramos que la sustentabilidad es intrínseca a la modernización portuaria. Creemos que el camino es generar cercanía entre la actividad portuaria y la comunidad, dado que los puertos deberán mostrar responsabilidad sustentable frente a las distintas comunidades, entendiendo la sustentabilidad en todos sus aspectos y no solo vinculada al medio ambiente”, manifestó Gonzalo Mórtola.
“Debemos seguir trabajando para que nuestra actividad vaya de la mano con la ciudad que nos acoge y sus habitantes. Los puertos deben caminar a ser industrias sostenibles. Y ese es un desafío que cobra fuerza este 2018 al igual que la seguridad de cada uno de nuestros trabajadores”, complementó Aldo Signorelli.