Por Redacción PortalPortuario
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El gerente general de la Asociación de Exportadores de Frutas de Chile (Asoex), Miguel Canala-Echeverría, destacó que la implementación de un sistema central de intercambio de certificados, e-Phyto, ha permitido acelerar y entregar mayor seguridad a las exportaciones de frutas frescas de Chile.
Lo anterior fue expresado en el marco del panel “Experiencias del Sector Privado con e-Phyto”, en donde entregó la visión de la Industria frutícola chilena con este sistema de certificación fitosanitaria electrónica.
“Primero que todo, como Asoex creemos importante destacar el trabajo mancomunado con el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) para poder implementar el e-Phyto en nuestras exportaciones de frutas frescas a diferentes mercados del mundo, lo cual nos ha permitido acelerar y contar con mayor seguridad en nuestros procesos”, puntualizó.
“Durante la temporada 2021-2022, Chile exportó al mundo más de 2,6 millones de toneladas de frutas frescas. De este monto, el 53% se realizó con certificación electrónica, el 19% con certificado fitosanitario digital y el 28% con certificado fitosanitario en papel, lo cual demuestra el incremento de la certificación electrónica en nuestras exportaciones”, complementó.
En este sentido, Canala-Echeverría añadió que “hay mercados como Estados Unidos, Canadá y Medio Oriente, donde el 100% de nuestros envíos se hace utilizando la certificación fitosanitaria electrónica, mientras que el 76% de los volúmenes de América Latina se hacen bajo este sistema, el 51% en Latinoamérica y el 13% en el Lejano Oriente, siendo estos últimos tres mercados en los cuales estamos trabajando para avanzar en los protocolos que nos permitan su utilización”.
En cuanto a sus beneficios, el gerente general de Asoex fue enfático en señalar que en el caso de la fruta el uso del e-Phyto ha permitido, anualmente, un ahorro de 200 millones de dólares, ya que “disminuye la emisión de certificados, el envío de los certificados en papel al puerto de destino, las pérdidas de documentos, la reemisión por cambio de puertos, importadores u otros. Además, también significa una mayor seguridad, ya que, se evitan los documentos adulterados, beneficiando la una trazabilidad, y responder más rápido a los imprevistos que pueden surgir, durante el proceso exportador”.
“La existencia del sistema fue fundamental para enfrentar la pandemia del Covid-19, contribuyendo a reducir los efectos logísticos globales en el comercio. Asimismo, destacó que el uso de certificados electrónicos es una tendencia mundial e irreversible en el comercio internacional, tendencia que se aceleró durante la pandemia (+600% de aumento en uso de certificados electrónicos entre 2020 y 2021)”, agregó.
De esta forma, el sistema e-Phyto constituyó una oportunidad para el comercio de alimentos, lo que ha permitido responder de la mejor forma a nuevas demandas mundiales, ya sea en aspectos de sanidad, inocuidad alimentaria, trazabilidad y productos perecibles.
“El crecimiento y el éxito futuro de este mecanismo es posibles en la medida en que se incorporen más países, se instalen nuevas mejoras en el sistema y se mantenga la colaboración entre agencias oficiales de distintos países. Tenemos un gran desafío, ya que, para el tema de la fruta solo el 53% de los mercados han implementado para el tema de aún no hay implementado”, acotó el representante de Asoex.
e-Phyto
El hub mundial de e-Phyto, una iniciativa de la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF), es un sistema central de intercambio de certificados que pueden utilizar todos los países asociados al mismo. Con este sistema, una Organización Nacional de Protección Fitosanitaria (ONPF) exportadora puede transferir un certificado e-Phyto mediante un sistema seguro al Hub, el que a continuación transfiere el certificado al buzón del país importador.
Para que lo anterior funcione, el hub requiere que todos los países que participen en el intercambio de certificados e-Phyto utilicen un envío normalizad de mensajes para la tramitación y recuperación de los mismo. Lo anterior elimina la necesidad de múltiples acuerdos bilaterales de acceso y permite participar a todas las naciones (ONPF) que lo deseen.