Por Redacción PortalPortuario/Agencia Reuters
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva destinada a revitalizar la construcción naval estadounidense y reducir el control de China sobre la industria naviera mundial.
Al respecto, Trump señaló a los periodistas que Estados Unidos gastaría “mucho dinero en construcción naval” para restaurar la capacidad estadounidense en el sector.
Los senadores Mark Kelly, demócrata, y Todd Young, republicano, acogieron con satisfacción la orden ejecutiva y dijeron que volverían a presentar su legislación bipartidista para proporcionar las autorizaciones del Congreso necesarias para revitalizar la industria.
La orden encomienda al Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) que proceda con una propuesta que incluía la imposición de tasas de atraque portuarias estadounidenses de millones de dólares a cualquier buque ligado a China. Se instará a los aliados a actuar de forma similar.
Las tarifas portuarias recomendadas por la USTR generaron fuertes críticas por parte de exportadores de materias primas, asociaciones comerciales y operadores de buques estadounidenses, quienes advirtieron sobre interrupciones en la cadena de suministro, pérdida de empleos en las ciudades portuarias e inflación. La orden debe estar finalizada antes del 17 de abril.
El Representante Comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, recientemente sostuvo que el USTR debería tener una decisión final sobre las soluciones a mediados de mes y repitió que no todas las medidas descritas en la propuesta original de la agencia se implementarían.
“Esto pudo haber sido un problema de comunicación; algunos pensaron que se impondrían todas esas medidas”, apuntó Greer, pero tras la retroalimentación y los comentarios del público, “ahora consideramos cuál de esas medidas es la más apropiada”, acotó.
La orden también requiere que el USTR considere proponer aranceles a las grúas de buque a tierra fabricadas, ensambladas o hechas con componentes de origen chino, o fabricadas en cualquier parte del mundo por una empresa propiedad de, controlada o sustancialmente influenciada por un ciudadano chino, así como aranceles a otros equipos de manipulación de carga.
La orden ejecutiva requiere además que el Departamento de Seguridad Nacional haga cumplir el cobro de tarifas de mantenimiento de puerto y otros cargos, y evite que los transportistas de carga eludan esas tarifas enviando mercancías a puertos en México y Canadá y luego enviando la carga a los Estados Unidos a través de fronteras terrestres.
Cuando se le preguntó sobre la orden estadounidense, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China dijo que la idea de que su país era la culpable de que Estados Unidos perdiera su ventaja competitiva en la industria naviera no tenía base en la realidad.
“El desarrollo de la industria de construcción naval de China es el resultado de la innovación tecnológica y la participación activa de las empresas en la competencia del mercado”, comentó el portavoz del ministerio, Lin Jian, en una conferencia de prensa habitual.
Trump, hablando en la Oficina Oval, dijo que Estados Unidos gastaría “mucho dinero en construcción naval” para restaurar la capacidad estadounidense en el sector. “Estamos muy, muy atrasados”, declaró a la prensa. “Antes construíamos un barco al día, y ahora prácticamente no fabricamos uno al año, y tenemos la capacidad para hacerlo”, expandió.
La orden indicó que datos recientes muestran que Estados Unidos construyó menos del 1% de los barcos comerciales a nivel mundial, mientras que China construyó aproximadamente la mitad, un aumento respecto de sólo el 5% en 1999, según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
La medida de Trump exigía la creación de un Fondo Fiduciario de Seguridad Marítima para proporcionar financiación fiable a programas destinados a reforzar la capacidad marítima estadounidense, incluyendo la consideración de posibles ingresos arancelarios, multas, tasas o ingresos fiscales nuevos o existentes.
También se piden incentivos para estimular la inversión privada en la construcción de componentes comerciales y mejoras en astilleros, instalaciones de reparación y diques secos.
La industria de construcción naval de Estados Unidos, que alcanzó su apogeo en la década de 1970, ha enfrentado dificultades debido a los altos costos y una estructura regulatoria compleja, lo que ha permitido que sus rivales, incluida China, crezcan rápidamente.
.@POTUS signs an executive order to restore American maritime dominance and boost U.S. shipbuilding pic.twitter.com/kv71eNXII8
— Rapid Response 47 (@RapidResponse47) April 9, 2025