Por Redacción PortalPortuario.cl
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Tras los reiterados conflictos que la Empresa Portuaria Valparaíso ha tenido con Terminal Pacífico Sur, en un permanente tira y afloja por las llamadas “cargas limpias”, situación que salpicó a la industria de cruceros que se desempeña en la ciudad, la estatal decidió iniciar la revisión del contrato de concesión del operador.
Mediante una declaración pública emitida este jueves, a altas horas, y tras varios intentos de negociación para evitar que el crucero Norwegian Sun, que no recibió prioridad de sitio por parte de TPS el pasado 9 de marzo, recalara a Puerto Central a raíz de las amenazas de bloqueo efectuadas el 13 y el 18 de abril por los trabajadores del operador del T1, la estatal aseguró revisará en forma y fondo el contrato.
“Como Directorio hemos tomado la decisión de revisar, en forma y fondo, todos los instrumentos normativos y contratos que nos permitan salvaguardar los intereses del Puerto de Valparaíso, en su conjunto, y de la ciudad”, concluyó la empresa estatal”, indicó el directorio de la estatal.
Terminal Pacífico Sur inició su concesión en el año 2000 y, durante el los 17 años que lleva como operador, ha logrado alto estándares de eficiencia, integrando tecnología y maquinaria.
Durante el último año, sumó siete grúas RTG, más tres Ship to Shore de última generación, además de completar la expansión del muelle en 120 metros, dotando a Valparaíso de un frente de atraque de 740 metros y una capacidad de transferencia de 1.300.000 TEUs anuales.
La gestión del terminal, que si bien se ha visto mermada en el movimiento de carga con dos años a la baja, recientemente comenzó a reactivarse, quintando -incluso- algunos servicios a su principal competidor San Antonio Terminal Internacional, destacando el AC1 de Maersk que se convirtió en el primer servicio regular de la danesa en Valparaíso.
También durante 2016, el concesionario dio un nuevo paso al fusionarse con ConTug Terminals, filial de la Mediterranean Shipping Company (MSC) que adquirió el 39,99% de las acciones del terminal.
El conflicto
Pese a los logros del concesionario, la relación entre TPS y EPV se vició a partir del conflicto de las cargas limpias que surgió luego de que la estatal y Aduanas decidieran impedir que las inspecciones fitozoosanitarias se llevaran a cabo en el terminal, lo cual había sido autorizado en 2015 de manera excepcional por seis meses.
Dicha operativa, que significó más turnos para los trabajadores portuarios que se veían afectados por una baja en el movimiento de carga, fue tomada como una bandera de lucha por el concesionario y los estibadores que la defendieron con el argumento que dar la posibilidad de efectuar inspecciones en el muelle daba más competitividad al puerto al evitarse el “flete corto” de 11 kilómetros hacia la Zeal, lugar dispuesto por EPV para las fiscalizaciones que, anteriormente, se llevaban a cabo en el sector de Barón.
La polémica, de este modo, fue sostenida y permanente con declaraciones cruzadas, campañas publicitarias por parte del concesionario que usó redes sociales para marcar su postura; especialmente, Youtube, además de insertos en los medios por parte de ambos actores.
La situación, de hecho, a lo largo de 2015 y 2016 se agudizó, llegando a los tribunales de justicia con recursos de protección interpuestos por los trabajadores y el concesionario, los cuales finalmente acabaron siendo desestimados. De hecho, en materia judicial, la Corte Suprema zanjó el asunto a favor de la postura de la Empresa Portuaria de Valparaíso en diciembre de 2015.
También durante el transcurso, y para -de alguna manera- rebatir el argumento de la EPV de que en TPS no se podía efectuar aforos por falta de condiciones, fundamentalmente espaciales, el concesionario invirtió 300 millones de pesos para construir instalaciones que, hasta ahora, solo han sido usadas para reuniones y puntos de prensa con autoridades a las que, en dicho lugar, se les da cuenta de la temática.
Terminal Pacífico Sur, y también los portuarios; no obstante, insistieron -pese a la existencia de este fallo- que el tema de las cargas limpias “no está zanjado definitivamente”.
Otro hecho ocurrido en el marco del conflicto fueron algunas marchas y protestas por parte de los trabajadores, incluso un paro de 24 horas ocurrido el 17 de marzo del 2015, hecho que fue catalogado como histórico, al quebrar la llamada “Paz Social“.
Así, las movilizaciones y gestos de animadversión, continuaron enfocándose en 2017 en el bloqueo a uno de los principales activos de Valparaíso como la industria de los cruceros. De hecho, el presidente de la Cotraporchi y vocero de la Coordinadora Marítima de Valparaíso, Sergio Baeza, advirtió -en diálogo con PortalPortuario.cl el pasado 3 de febrero- que “en Valparaíso no se va a mover ni una maleta si no se soluciona lo de las cargas limpias”.
Desde ahí en adelante comenzó una ola de incertidumbre en la industria de cruceros, la cual se vio incrementada luego de que Terminal Pacífico Sur no diera prioridad para el atraque del Norwegian Sun que tuvo que desembarcar a sus pasajeros -en su mayoría de la tercera edad- en botes tender, situación que fue catalogada como “un día negro”
Ambas situaciones, además, fueron analizadas por los principales actores y ejecutivos de la industria naviera internacional que exigieron explicaciones a Chile durante la última Seatrade de Miami. Las navieras; de hecho, advirtieron que de continuar los incidentes, Valparaíso podía quedar fuera de los recorridos.
Los aconteciemientos, además, causaron una fuerte preocupación en Argentina, toda vez que Valparaíso, como home port, es parte de la misma ruta que Buenos Aires, su símil en el Atlántico. En ese sentido, el interventor del Puerto de Buenos Aires, Gonzalo Mórtola, dijo a PortalPortuario.cl que “nunca se sabe qué tan grande puede ser la onda expansiva”.
Con ese objetivo, y a su retorno de Seatrade, Juan Esteban Bilbao, gerente general de Valparaíso Terminal de Pasajeros, y Claudio Nast, gerente general de DMC Chile, sostuvieron una reunión el 20 de marzo con los trabajadores portuarios, quienes se comprometieron a dejar trabajar a los cruceros.
Los estibadores, en una acción considerada como “incomprensible” por el propio Juan Esteban Bilbao, revirtieron mediante un comunicado enviado el pasado 13 de abril su decisión y levantaron una nueva amenaza contra los cruceros, lo cual fue ratificado a través de una carta enviada a la EPV en la cual se reforzaban los puntos, pese a que públicamente, el presidente de la Cotraporchi aseguró que el Norwegian Sun podría operar sin problemas en Valparaíso.
Debido a lo anterior, la naviera exigió mediante una carta un compromiso firmado a EPV y a su concesionario TPS de que entregue garantías certeras de que la nave podría operar sin problemas. No obstante, la respuesta no fue clara, por lo que la línea decidió solicitar sitio en Puerto Central, lo que significará que -por primera vez- una temporada de cruceros de Valparaíso concluirá en el Puerto de San Antonio que, a su vez, debutará dada la contingencia en la atención de este tipo de embarcaciones.