Llaman a potenciar la bandera chilena como alternativa a la flexibilización del cabotaje

Por Luis Alonso

@PortalPortuario


En las sesiones de la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones del Senado se ha repetido el llamado a potenciar la bandera chilena y, consecuentemente, a la Marina Mercante nacional como una alternativa o paso previo a la flexibilización del cabotaje marítimo en Chile.

Lo último es materia de revisión en el segundo trámite constitucional relativo al proyecto legislativo que busca modificar las leyes de Fomento a la Marina Mercante y de Navegación, iniciativa que es impulsada desde el Ejecutivo.

Al respecto, distintas entidades y agrupaciones han manifestado preocupación por la potencial afectación laboral que esta medida podría generar, principalmente por la pérdida de puestos de trabajo ante el cierre de navieras chilenas o por cambio de pabellón.

En este sentido, Héctor Azúa, presidente del Sindicato Interempresa de Oficiales de Marina Mercante (SI.MAR), expuso ante los parlamentarios que la propuesta promovida por el Gobierno de Gabriel Boric “más bien deberíamos llamarla Ley de Fomento de la Marina Mercante Extranjera y Exterminio de la Chilena. Todas las indicaciones y todas las excepciones que están colocando en este proyecto son para fomentar la marina mercante extranjera en perjuicio de la nuestra”.

La flota de buques comerciales chilenos cuenta con aproximadamente 251 naves mayores, de las cuales tan solo 19 son navíos de alto bordo que realizan negocios en el exterior y cabotaje. Las 232 restantes realizan cabotaje de conectividad, de turismo o ligadas a las salmoneras.

“En Chile, el año 2022 recalaron 6.557 naves de comercio exterior, muchas de ellas de empresas multinacionales que arrasarían con las 19 naves de alto bordo que enarbolan nuestra bandera chilena. Este Gobierno pretende hacer competir a nuestra ya alicaída Marina Mercante chilena contra esos gigantes”, remarcó Azúa.

El titular del SI.MAR sostuvo que la apertura del cabotaje no se traducirá en una baja en los costos de los fletes -a lo que apunta el Gobierno- y tan solo conseguirá que “los navieros chilenos, para tratar de competir, cambiarán la bandera de las naves de chilena a conveniencia y, en ese preciso momento, las multinacionales extranjeras que recalen en Chile podrán ingresar al país con fletes muy bajos para, una vez eliminada la competencia de los navieros chilenos, subirlos indiscriminadamente”.

“Ha habido cero aporte del Gobierno a la marina de alto bordo en estas últimas décadas. No ha habido fomento a la inversión. Tenemos que llegar a que se fomente la Marina Mercante y, lamentablemente, existen demasiadas trabas para que un naviero compre una nave. Por qué no reactivar nuestra Marina Mercante entre todos los actores afectados -incluyendo al Gobierno, los armadores y trabajadores- pensando en destrabar las regulaciones que impiden que haya inversiones por parte de los navieros en naves propias y que enarbolen nuestra bandera chilena, formando un circulo virtuoso en que ganemos todos en vez de promover proyectos que faciliten el desarrollo de la marina mercante extranjera por sobre el fomentar la marina mercante nacional”, complementó.

En el mismo sentido, la presidenta de la Fundación Mascarona para la Gente de Mar, Raquel Meza, sumó que en el proyecto legislativo “no se establecen medidas o propuestas que garanticen una competencia, por ejemplo, mediante impuestos al tonelaje, la generación de un segundo registro de naves o el retorno de naves que se fueron alguna vez de nuestro país o que puedan llegar a Chile. Se ha trabajado siempre y únicamente bajo informes retrospectivos y no prospectivos de la industria al día de hoy”.

Una visión que también es compartida por el senador Alejandro Kusanovic, integrante de la Comisión, quien señaló que “la competencia dentro del territorio nacional y la libre competencia tiene una regla fundamental y es que todos utilicemos las mismas reglas del juego. Cuando utilizas reglas distintas ya no es competencia, es una competencia desleal y esto fomenta la destrucción de la marina mercante y de los cruceros nacionales, ya que no puedes competir con banderas de conveniencia con la bandera chilena. Lo que hay que hacer acá es que la bandera chilena sea competitiva”.

En junio de 2023, cuando el proyecto aún estaba siendo revisado en el primer trámite constitucional en la Cámara de Diputados, la Asociación de Armadores de Transporte Marítimo, Fluvial, Lacustre y Turístico Sur Austral de Chile (Armasur) remarcó que “al igual que todos los proyectos anteriores de cualquier gobierno que esté administrando, todas las iniciativas solo se enfocan en cómo hacer más cabotaje con nave extranjera en perjuicio de las naves con bandera nacional. En ninguna propuesta, de cualquier administración, se fomenta el desarrollo y favorece la mantención de su marina mercante como está consagrado en el primer artículo de la Ley de Fomento de la Marina Mercante”.

“Lo que se promueve es el reemplazo de la bandera chilena y, por último, un efecto indeseado al promover fragilizar la seguridad y soberanía nacional. Lo que no se promueve es definitivamente hacer más competitiva la bandera chilena. No existe indicación alguna al respecto. No promueve competencia en igualdad de condiciones”, agregó.

Segundo registro de buques chileno

Ante la posibilidad de abrir el cabotaje a buques de bandera extranjera, el Vicealmirante Fernando Cabrera, director general del Territorio Marítimo y de la Marina Mercante, dio pie a la idea de crear un segundo registro de naves en Chile que sirva para potenciar e internacionalizar el desarrollo de la Marina Mercante del país.

En julio de 2023, el oficial aseguró a PortalPortuario que esta alternativa podría permitir competir con las banderas de conveniencia al “buscar buenas combinaciones” para la navegación entre puertos nacionales y el tráfico de alto bordo; sin embargo, advirtió que su institución no es la responsable de adoptar un cambio de este tipo.

La alternativa, utilizada por otros países para contrarrestar las banderas de conveniencia, posibilitaría el usar “el mismo pabellón que nos identifica, que es nuestro pabellón nacional, pero con circunstancias que a lo mejor se podrían buscar buenas combinaciones tanto para el cabotaje como para el tráfico de alto bordo”, manifestó el alto mando naval.

“Se podrían combinar cosas, no dejando de lado; custodiando, protegiendo y cuidando la empleabilidad, sobre todo de la ciudadanía chilena, pero también hacer crecer la Marina Mercante, que no es otra cosa que reafirmar la voluntad marítima de Chile”, acotó.

Finalmente, cabe recordar que la propuesta para modificar el cabotaje fue puesta sobre la mesa en 2011 durante el primer Gobierno de Sebastián Piñera y por aquel entonces no logró llegar a nada definitivo. La actual, pese a intentar diferenciarse de la anterior, ha suscitado reacciones que apuntarían a un resultado similar.


 

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