El Movimiento de Empresas de Francia (Medef) exigió el fin de las huelgas en los puertos del país tras una serie de paros ocurridos en febrero, pero los sindicatos han anunciado un intenso programa de inactividad que podría llevar a un paro de 72 horas entre el 18 y 20 de marzo.
A lo anterior se le sumarían manifestaciones de brazos caídos de cuatro horas los días 4, 6, 10, 12, 14, 24, 26 y 28 del mismo mes, según lo consignado por el medio The Loadstar.
Cabe recordar que los estibadores protestan contra la reforma del sistema estatal de pensiones, en particular el aumento de la edad de jubilación, y exigen que se reconozca el “carácter arduo” de su profesión.
Aunque el Primer Ministro francés, François Bayrou, aceptó revisar la cuestión de las pensiones, no hay indicios de que esté dispuesto a ofrecer concesiones a los trabajadores portuarios para poner fin a la disputa.
El Medef, que representa a más de 200.000 empresas en Francia, dijo que las huelgas estaban “perturbando gravemente la cadena de suministro y teniendo un profundo impacto en la economía nacional”. Además agregó que
“generan costos adicionales y retrasos significativos, amenazando la competitividad de las empresas y miles de empleos en el sector”.
La confederación empresarial estima que, como consecuencia de los paros, los costes de transporte de los asociados han aumentado un 23% y se espera una pérdida de alrededor del 25% en las ventas este mes.
Este año los puertos franceses, en particular Le Havre y Marsella-Fos, han experimentado paros laborales de cuatro horas casi cada dos días de trabajo, según una persona ligada a una empresa transportista que tiene oficinas en los dos puertos más grandes del país.
“Las tensiones en el mercado naviero son altas en un momento en que el tráfico es intenso tras las vacaciones del Año Nuevo chino y cuando otras huelgas están afectando a los Puertos de Amberes y Rotterdam“, sostuvo un portavoz.
En Marseille-Fos, una fuente de una empresa local afirmó que los paros habían dejado a la comunidad del transporte y el transporte marítimo “atrapados en el medio de todo” y que algunos “están muriendo lentamente”, concluyó.