Por Redacción PortalPortuario/Agencia Reuters
Rusia ve margen para que inversores internacionales, incluidos los del Sur Global, ayuden a desarrollar infraestructura en su región ártica, según dio cuenta un alto funcionario. Con eso se busca atender la actividad de la Ruta Marítima del Norte, la que recorre las costas árticas rusas desde Múrmansk (oeste) hasta el estrecho de Bering (este).
El presidente Vladimir Putin está interesado en incrementar el comercio a través de la Ruta del Mar del Norte a través de las aguas del Ártico, mientras Rusia desplaza su comercio hacia Asia y lo aleja de Europa debido a las sanciones occidentales.
La atención sobre la importancia estratégica del Ártico para la minería, el transporte marítimo y la seguridad internacional ha aumentado considerablemente debido a las reiteradas declaraciones del mandatario estadounidense, Donald Trump, de querer adquirir Groenlandia.
“Creemos que las concesiones de la Ruta Marítima del Norte y diversas instalaciones de infraestructura, con nuestro apoyo inversor, pueden atraer una financiación significativa”, sostuvo Kirill Dmitriev, director del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), que trabaja con inversores extranjeros.
“Vemos la oportunidad de atraer a nuestros socios de los países del Sur Global, sus oportunidades de inversión, sus empresas”, acotó en un discurso por videollamada en una conferencia sobre el Ártico, a la que asistieron funcionarios del gobierno ruso y autoridades regionales.
El evento tuvo lugar en Múrmansk, cerca de la frontera rusa con Noruega. El puerto norteño marca el inicio de la Ruta del Mar del Norte, que se extiende hacia el este hasta el estrecho de Bering, cerca de Alaska.
La ruta, aunque significativamente más corta que el Canal de Suez para que Rusia envíe cargas a Asia, es desafiante y requiere la asistencia de rompehielos para ayudar a los buques a pasar a lo largo de la costa norte de Rusia.
Sin embargo, se ha vuelto más viable debido al calentamiento global, lo que, según Dmitriev, trae perspectivas “interesantes” para su desarrollo.
Además de dirigir el RDIF, Dmitriev, educado en Estados Unidos y que trabajó en McKinsey y Goldman Sachs, fue nombrado por Putin el mes pasado como su enviado especial para la cooperación económica y de inversiones internacionales, y es un actor importante en el rápido acercamiento que Putin está buscando con la administración Trump.