Por Redacción PortalPortuario/Agencia Reuters
Una serie de ejecutivos de empresas industriales de tamaño mediano sostuvieron, en un evento con legisladores en el Capitolio, que durante años Estados Unidos había estado perdiendo ingresos por gravámenes y que compañías estadounidenses se vieron obligadas a cerrar por entidades chinas que explotaban las reglas comerciales. Razón por la cual solicitaron medidas “enérgicas” contra importadores de China que evaden aranceles.
Se sostuvo que Estados Unidos necesita una le estricta para hacer cumplir las leyes comerciales y garantizar el procesamiento penal de las empresas subsidiadas por el Gobierno de China, las que eluden los gravámenes estadounidenses enviando bienes a través de terceros países, según lo sostenido por las entidades de la nación norteamericana.
Incluso cuando las empresas estadounidenses habían ganado casos comerciales, dijeron, la financiación limitada para la aplicación de la ley significaba que las compañías chinas podían encontrar fácilmente lagunas legales. “Nos hemos visto obligados a cerrar fábricas, reducir el empleo y reducir la inversión”, sostuvo Tom Muth, vicepresidente ejecutivo de Zekelman Industries, un productor independiente de tubos y tuberías.
“Estas importaciones no proceden directamente de China, sino indirectamente. Proceden de países como Omán, Tailandia, Vietnam y los Emiratos Árabes Unidos. Todos ellos son importantes importadores de acero laminado en caliente subsidiado y objeto de dumping procedente de China”, afirmó Muth.
Milton Magnus, director ejecutivo de M&B Metal Products Company, Inc., que produce perchas de alambre para prendas de vestir para las industrias de tintorería y textiles, dijo que su empresa familiar de 82 años de antigüedad ha estado luchando contra las prácticas comerciales ilegales de China durante 22 años.
Magnus dijo a los legisladores, incluido el representante republicano Ashley Hinson y el miembro demócrata de mayor rango del comité selecto de la Cámara de Representantes sobre China, Raja Krishnamoorthi, que su compañía ganó un caso antidumping contra China en 2008, pero que eso proporcionó poco alivio.
“Antes de que se secara la tinta del pedido, China ya estaba evadiéndolo mediante transbordos a través de otros países, saltando de un país a otro, cambiando los nombres, modificando los envíos, sólo para mantenerse por delante de nosotros”, remarcó Magnus.
Los ejecutivos hablaron a favor de un proyecto de ley bipartidista que intensificaría el procesamiento de la evasión de impuestos y otras tarifas comerciales, llamado Ley de Protección de la Industria y el Trabajo Estadounidenses de los Delitos Comerciales Internacionales.
La reintroducción del proyecto de ley, que no logró convertirse en ley en el último Congreso, se produce mientras el presidente Donald Trump se ha lanzado a una nueva guerra arancelaria con China, así como con México y Canadá.
En un discurso ante el Congreso el martes, Trump dijo que Estados Unidos ha sido “estafado durante décadas por casi todos los países de la Tierra”, y agregó que su administración recurriría a aranceles recíprocos o medidas no arancelarias ante cualquier represalia de los socios comerciales estadounidenses.
Los ejecutivos advirtieron que sin un mayor financiamiento para la aplicación de la ley, los envíos a través de terceros países y la evasión arancelaria continuarán.
“He visto cómo las fábricas estadounidenses cerraban no porque fracasaran, sino porque la aplicación de las leyes les falló. Es inaceptable”, comentó Betsy Natz, directora ejecutiva de la Asociación de Fabricantes de Muebles de Cocina.
Natz dio cuenta que su grupo gastó 10 millones de dólares en la lucha contra un importante caso antidumping que resultó en aranceles del 260% contra los exportadores chinos, sólo para que esos bienes fueran canalizados a través de Vietnam, Malasia, Camboya e Indonesia, evadiendo los aranceles.
David Rashid, presidente ejecutivo del fabricante de autopartes Plews and Edelmann, indicó que Estados Unidos necesitaba un sistema de cumplimiento que castigara a los tramposos. “No sólo multas, sino cárcel”, concluyó.